Es un método de autoconocimiento
que experimenta el alma
Lejos de su sitio de existencia.
Mary Anne Atwood
La joya se ha perdido en la materia
Y todos la buscan.
Algunos buscan al Este
Y algunos al Oeste,
Algunos en el agua
Y algunos entre las piedras.
Pero el sirviente Kabir
Ha encontrado su valor
Y lo ha envuelto con cuidado
dentro de su corazón.
R. Tagore, Kabir 72
Albedo es una fase cuyo significado ha permanecido secreto por muchos siglos. El significado de la tercera fase alquímica, rubedo o enrojecimiento, es aún más secreto y no resulta fácil de explicar o entender.
(Philosophia reformata, Johann Mylius, Frankfurt, 1622)
La unión del Rey Rojo con la Reina Blanca, simbolismo de la unión de lo masculino y lo femenino, albedo-rubedo (cuando se ha descubierto la luz divina en uno mismo), el “espíritu”ha de ser fijado (el águila que desciende), resultando en rubedo. Los dos leones con una cabeza significan la naturaleza unificada que ha de ser conseguida. De su boca fluye el agua de vida.
Albedo es una fase cuyo significado ha permanecido secreto por muchos siglos. El significado de la tercera fase alquímica, rubedo o enrojecimiento, es aún más secreto y no resulta fácil de explicar o entender.
(Philosophia reformata, Johann Mylius, Frankfurt, 1622)
La unión del Rey Rojo con la Reina Blanca, simbolismo de la unión de lo masculino y lo femenino, albedo-rubedo (cuando se ha descubierto la luz divina en uno mismo), el “espíritu”ha de ser fijado (el águila que desciende), resultando en rubedo. Los dos leones con una cabeza significan la naturaleza unificada que ha de ser conseguida. De su boca fluye el agua de vida.
Rubedo es la continuación de Albedo. Es por eso por lo que a menudo se ven conectados, como la Reina Blanca y el Rey Rojo. Una vez que la luz interior se ha descubierto ha de volverse la única realidad en nuestra consciencia. Después de haber descendido al inconsciente, en la oscuridad,en el inframundo, encontramos la Luz, encontramos el espíritu volátil. Ahora el espíritu volátil ha de ser fijado o coagulado. Esto significa que nuestro consciente, nuestra atención, debe penetrar nuestro inconsciente por completo, o nuestra alma, o todo lo que se encuentra escondido dentro de nosotros mismos. Haciendo esto fijamos lo volátil para hacerlo duradero (trayéndolo a lo consciente). Cuando todo en nosotros ha sido purificado y la Luz aparece, tenemos que fijar esta Luz y hacerla duradera par que permanezca siempre presente.
El sulfuro blanco, obtenido durante Albedo, es también llamado: “los cuerpos compuestos por la esencia pura de los metales”. Los metales son los contenidos del alma, y ahora son reducidos a su más pura esencia. Ahora que el alma ha sido penetrada con la luz pura, el alquimista ha de hacerla permanente.
En las filosofías orientales Rubedo corresponde con la formación del “cuerpo diamante”, un término adecuado a la piedra pura y permanente de los filósofos.
(Scritinium cinnabarium seu triga cinnabriorium, Godfred Sculz, Halle, 1680)
El alquimista resucitado saliendo desde las sombras hacia la luz.
En la religión cristiana, Rubedo se corresponde con la resurrección de Cristo. Jesús “fja” la luminosa vestimenta de Cristo. Jesús ha dejado atrás su antiguo cuerpo y traído su ser divino interior, el cuerpo de Cristo, a su consciencia, y lo ha hecho su propia realidad. Lo que Jesús hizo dos mil años atrás podemos hacerlo nosotros, pues todos somos hijos e hijas de lo divino y todos cargamos la esencia divina, el cuerpo de Cristo, dentro de nosotros.
Cuando Rubedo ha sido realizado el Alquimista ha aceptado su herencia espiritual. Se ha vuelto lo que ha sido siempre, pero no sabia que era. Ha realizado su esencia divina estando aún en su cuerpo físico. Es lo mismo a lo que el gnosticismo llama pneuma, el espíritu divino en cada hombre que se esconde en lo profundo de la oscuridad del mundo, pero que puede volverse consciente de nuevo. Cuando Rubedo se ha manifestado el hombre es el jefe sobre el mundo físico, así como el mundo espiritual. Se ha vuelto un Rey Maestro sobre sí mismo.
Cuando se ha alcanzado la unificación de todas las energías de la totalidad, un nuevo estado del ser emerge que no está sujeto a cambios. La Alquimia China lo llama el “cuerpo diamante” que corresponde con el “corpus incorruptibile” (cuerpo incorruptible) de la Alquimia Europea. Es el mismo “corpus glorificationis” (cuerpo glorificado) de la tradición cristiana.
En las tradiciones de Yoga, Rubedo se corresponde con la unificación del espíritu del hombre, llamado Atman, con Brahman. Atman es una parte de Brahman. Brahman es el alma de todos, es el respiro de energía fluyendo a través de ti, dándote vida y consciencia. Atman es el ser individual, Brahman es el ser universal.
“De la misma manera en que el cuerpo era lento, áspero, impuro, oscuro y frágil por carecer de poder y energía, el renacer lo unifica con el alma y el espíritu, vivificado y volátil, ligero y penetrante, puro, refinado y claro, desbordante de energía, indestructible y lleno de energía, siendo además capaz de mantenerse de esta manera.” (Franciscus Kieser, aprox. 1600)
“Asciende encima de cualquier altura, desciende hasta lo más profundo; recibe todas las impresiones sensoriales de lo creado: agua, fuego, lo seco y lo mojado. Piensa que estás presente en cada sitio: en el mar, en la tierra y en los cielos; piensa que nunca has nacido y que aún te encuentras en el estado embrionario: joven y anciano, muerto y en el más allá. Comprende todo al mismo tiempo: tiempo, lugar, cosas: calidad y cantidad.” (Corpus hermeticum, 1460).
En la religión cristiana, Rubedo se corresponde con la resurrección de Cristo. Jesús “fja” la luminosa vestimenta de Cristo. Jesús ha dejado atrás su antiguo cuerpo y traído su ser divino interior, el cuerpo de Cristo, a su consciencia, y lo ha hecho su propia realidad. Lo que Jesús hizo dos mil años atrás podemos hacerlo nosotros, pues todos somos hijos e hijas de lo divino y todos cargamos la esencia divina, el cuerpo de Cristo, dentro de nosotros.
Cuando Rubedo ha sido realizado el Alquimista ha aceptado su herencia espiritual. Se ha vuelto lo que ha sido siempre, pero no sabia que era. Ha realizado su esencia divina estando aún en su cuerpo físico. Es lo mismo a lo que el gnosticismo llama pneuma, el espíritu divino en cada hombre que se esconde en lo profundo de la oscuridad del mundo, pero que puede volverse consciente de nuevo. Cuando Rubedo se ha manifestado el hombre es el jefe sobre el mundo físico, así como el mundo espiritual. Se ha vuelto un Rey Maestro sobre sí mismo.
Cuando se ha alcanzado la unificación de todas las energías de la totalidad, un nuevo estado del ser emerge que no está sujeto a cambios. La Alquimia China lo llama el “cuerpo diamante” que corresponde con el “corpus incorruptibile” (cuerpo incorruptible) de la Alquimia Europea. Es el mismo “corpus glorificationis” (cuerpo glorificado) de la tradición cristiana.
En las tradiciones de Yoga, Rubedo se corresponde con la unificación del espíritu del hombre, llamado Atman, con Brahman. Atman es una parte de Brahman. Brahman es el alma de todos, es el respiro de energía fluyendo a través de ti, dándote vida y consciencia. Atman es el ser individual, Brahman es el ser universal.
“De la misma manera en que el cuerpo era lento, áspero, impuro, oscuro y frágil por carecer de poder y energía, el renacer lo unifica con el alma y el espíritu, vivificado y volátil, ligero y penetrante, puro, refinado y claro, desbordante de energía, indestructible y lleno de energía, siendo además capaz de mantenerse de esta manera.” (Franciscus Kieser, aprox. 1600)
“Asciende encima de cualquier altura, desciende hasta lo más profundo; recibe todas las impresiones sensoriales de lo creado: agua, fuego, lo seco y lo mojado. Piensa que estás presente en cada sitio: en el mar, en la tierra y en los cielos; piensa que nunca has nacido y que aún te encuentras en el estado embrionario: joven y anciano, muerto y en el más allá. Comprende todo al mismo tiempo: tiempo, lugar, cosas: calidad y cantidad.” (Corpus hermeticum, 1460).
