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Muchas personas se han envuelto en la Alquimia, cada una a su manera y con su propia práctica. Para algunos ha resultado una búsqueda espiritual, otros han tratado únicamente de volverse ricos, algunos han logrado desarrollar profundos descubrimientos alquímicos y otros la han enfocado únicamente desde el punto de vista filosófico.
La Alquimia ha sido y continúa siendo para muchos un estímulo que los lleva a buscar, a preguntarse, a filosofar y a aprender más acerca de lo que la naturaleza tiene para ofrecernos. La Alquimia constituye una forma universal de descubrimiento que encontramos en casi todas las culturas antiguas.
En sus orígenes y en su esencia, la Alquimia es profundamente espiritual. La búsqueda de el Oro Alquímico es la búsqueda de conocimiento, luz, perfección e iluminación. En tiempos antiguos no existía separación alguna entre ciencia, religión y espiritualidad; de esa manera podemos encontrat que la Alquimia se mezclaba con otras áreas del saber científico. En Europa Occidental la Allquimia usó muchos símbolos pertenecientes a las ciencias químicas, probablemente para enmascarar sus acciones durante tiempos de persecución llevados a cabo por la iglesia católica. Pero esto también permitió a los alquimistas usar este lenguaje para expresar experiencias para las cuales no existía un vocabulario definido.
A lo largo det tiempo muchas personas, no entendiendo su esencia, se envolvieron en su ppropia "Alquimia", buscando únicammente elaborar oro físico. Algunos no fueron más que charlatanes, por lo que la reputación de la Alquimia se vió ensombrecida.
Al leer numerosos textos alquímicos, resulta extremedamente fácil perderse entre complicados símbolos, contradicciones, especulaciones y procesos. Resulta obvio que cada escritor, en la medida de su honestidad, tiene su propia interpretación sobre el verdadero signifiicado de la Alquimia y de lo que sus símbolos representan. Algunos alquimistas hacen que sus textos sean intencionalmente confusos, de manera que solamente un expperimentado e iniciado adepto comprenda sobre que se ha escrito. Pero otros escritores han sido muy claros y sin casi el uso de ningún lenguaje simbólico escribieron sobre sus experiencias. Estudiando esos escritos resulta obvio que la Alquimia trata sobre el descubrimiento de la esencia espiritual del ser humano, de la naturaleza y del cosmos y especialmente sobre nuestro propio desarrollo.
En el pasado exitieron alquimistas que usaron símboolos alquímicos para su trabajo químico, por lo que resulta importante conocer si un texto es filosófico o puramente químico. Para determinar esto es necesario leer el texto cuidadosamente y obervar el significado de los sámbolos usados. Por supuesto, en oocasiones esto no resulta tan fácil como parece. Es importante recordar que existe un leguaje común básico. Debemos mantener en mente que cualquier sámbolo puede ser entendido mediante diversos puntos de vista y que puede tener varias interpretaciones. Lo más importante es "percibir el sentido" de le obra general y no concentrarse en exceso acerca del significado de símbolos específicos.
La idea central de la Alquimia es que la materia y el espíritu conforman una unidad. Son inseparables y el uno influencia el otro.
"Con la ayuda de Dios, ella (la Alquimia) revela las energías secretas del universo entero" (Pic de Mirandole).
El alquimista debe purificarse a sí mismo en este mundo que es al mismo tiempo material y espiritual. La Alquimia era un arte más refinada que cualquier otro arte o ciencia, pues la transmutación alquímica demandaba más que solamente habilidades y conocimiento. Eran necesarias cualidades espirituales. Solamente cuando se había conseguido el más alto estado de perfección se podía elaborar la Piedra Filosofal. De esta forma, era necesario unificarse con lo divino, resultando en un nuevo "nacimiento" o un nuevo estado de conciencia.
Franciscus Kieser (Siglo 16-17) explicaba que existe Sabiduría, una luz que es el aliento de la energía divina. Esta Sabiduría es un rayo de luz, un brillo, un espejo y una manifestación de las energías divinas. Lo mueve todo. Gobierna sobre todo y emana naturaleza, es invisible y a la vez un fuego eterno, un poder inescrutable del interior no creado. Cuando se separa de la creación se dirige inmediatamente a la gracia de Dios, del Espíritu Santo. Esto es lo que buscaban los verdaderos alquimistas. Se encuentra dentro y fuera de uno mismo.
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